Yo no soy yo en el Metro. Digamos sí soy pero lo me hace sentir a gusto en el Metro es ser anónima, es ser parte de algo más grande que está vivo, se mueve, un poco informe y a veces intimidante: mar de gente que camina a ritmos particulares según el momento del día en el que se viaja (si es temprano y la mayoría va al trabajo o a clases, la gente camina más a prisa que por la tarde cuando vuelve a casa, entonces los pies se arrastran un poco, todos llevamos una jornada a cuestas) y que uno, aunque traiga prisa o ande en paz, probablemente no puede modificar o ir a un ritmo propio.Pero a final de cuentas, aunque me guste el anonimato que da el Metro, también me gusta viajar en él poniéndome muy viva, estando más alerta que los demés (según yo!!!), mirando lo que hacen otros pasajeros, constatando lo distintos que somos, imaginándome sus vidas, revisando en cada estación mi itinerario y recordando qué hay en la superficie de cada lugar, recordando que allí arriba, en la ciudad, se necesita un nombre y un rumbo para seguir andando.
Sara NoemíMéxico
Contribution: Experiences, Sounds
